PONENCIA 1: Dr. D. Jesús de la Fuente Arias
(La situación de la Psicología Educativa en España)
Durante la conferencia inaugural de las I Jornadas Estatales de Psicología Educativa, organizada por el Consejo General de la Psicología de España y el COP de Madrid, y celebrada durante los pasados 28 y 29 de Octubre en la misma capital, el Catedrático de Psicología Evolutiva y de la Educación, el Dr. D. Jesús de la Fuente Arias (Universidad de Almería), analizó el pasado, presente y futuro de la Psicología Educativa, y pudieron extraerse algunas ideas básicas:
La actual figura del orientador escolar, desempeñada indistintamente por psicólogos, pedagogos y psicopedagogos, ha “expulsado” del ámbito educativo a los primeros, pues les priva o limita para ejercer tareas exclusivas para las que no están formados los otros dos, de modo que las funciones terminan solapándose o asumiéndose por unos y otros de forma inapropiada, desperdiciando así la potencialidad del específico aporte psicológico a la educación. Además, lo circunscribe sólo al ámbito escolar o formativo, sin tener en cuenta que la labor del psicólogo educativo trasciende la propia escuela y se extiende a otros contextos del educando (como el familiar y social), así como incumbe al propio profesorado y demás agentes educadores, pues les proporciona herramientas útiles y necesarias para su eficaz desempeño.
Es por ello que el presente del psicólogo educativo está marcado por un espíritu reivindicativo que, en base a las evidencias empíricas basadas en la práctica y a innumerables investigaciones realizadas en los últimos años, sensibilice a los responsables político-administrativos en pro de la adopción de medidas que delimiten nítidamente los ámbitos de actuación de cada disciplina que conforma el espectro educativo, y se retome el rol y el papel protagonista del psicólogo, pues sólo así se podrá optimizar en el futuro las capacidades individuales y de un sistema de enseñanza que actualmente no alcanza a comprender la importancia de la complementación diferenciada de las distintas ramas educativas, frente a su actual indefinición y mezcolanza.
Y es que el psicólogo educativo, a diferencia de las otras dos ramas, no es educador ni docente, aunque a veces ejerza de ello, sino que es un profesional sanitario que reflexiona, evalúa e interviene sobre el comportamiento humano en situaciones educativas, desarrollando las capacidades de las personas, grupos e instituciones. Además, sus actuaciones se encaminan a la evaluación, asesoramiento y apoyo “especializado”, de modo que se facilite el aprendizaje y la construcción de capacidades y competencias en todas las áreas del desarrollo psicológico (psicomotriz, intelectual, social y afectivo-emocional) y no sólo en lo relativo al rendimiento escolar.
Así mismo, es importante que los propios psicólogos orientadores antepongan su condición de psicólogo educativo sobre las funciones que le son asignadas como mero orientador, que no se resignen a renunciar a a sus diferenciales conocimientos, objetivos, ámbitos y procederes, que no se limiten a describir las bases científicas de la conducta del educando y concentren más el foco y los esfuerzos en las intervenciones y aplicación de dichos hallazgos, para que no sean otros los que las hagan suyas sin la formación necesaria. Al igual que en otros ámbitos, el psicólogo educativo ha de seguir luchando por evitar el intrusismo y las titulaciones profesionalizantes en la psicoeducación (como másteres y cursos menores) sin que previamente se exija a los candidatos acreditar su condición de psicólogo.
Antonio Cabrera Rada (nº col. CE-00131)